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Historia

1796

El Museo Cabañas, cuya sede es el Hospicio Cabañas, debe su nombre al obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo, quien llegó a México en 1796 y tuvo como propósito la construcción de un albergue para niños huérfanos, ancianos y desamparados. El obispo Cabañas solicitó al arquitecto valenciano Manuel Tolsá el diseño de este proyecto y, a su vez, Tolsá encargó la ejecución de la obra a su alumno José Gutiérrez. Por su arquitectura de estilo neoclásico, el Hospicio Cabañas es uno de los edificios más significativos y emblemáticos de Jalisco y México. En él se han registrado algunos de los sucesos políticos y sociales más importantes de la ciudad de los siglos XIX y XX.

1810

En 1810 el edificio abrió sus puertas como “Casa de la Caridad y la Misericordia”. Es de planta simétrica, dividido por la cruz de su Capilla Mayor, y es considerado una de las muestras más importantes de la arquitectura neoclásica en el país. Su fachada se distingue por un frontón liso sostenido por seis columnas dóricas. En segundo plano, destaca la cúpula de la Capilla Mayor sostenida por dos círculos concéntricos de columnas dóricas y jónicas. En su interior se encuentran 23 patios de distintos tamaños bordeados por largos y frescos pasillos, cubiertos y delimitados por arcos y pilares de estilo toscano. Al fondo del edificio destaca una segunda capilla de mayor sobriedad que la primera que fue utilizada como refectorio o comedor del hospicio y bautizada “Tolsá” en honor al arquitecto español. La preparación del terreno y cimentación estuvo en manos del nacido en Mezquitán, Pedro José Ciprés. En 1828, su hijo, Martín Ciprés, trabajó en su reconstrucción y restauración. Otros arquitectos que han participado en su conservación son el tapatío Manuel Gómez Ibarra que en 1842 reconstruyó la obra que fue afectada por una tromba; y el arquitecto Ignacio Díaz Morales, quien restauró la cúpula y parte del edificio en 1954, durante la gubernatura de Agustín Yáñez..

1874

En el devenir de los tiempos fue desde orfanatorio hasta cuartel durante la Guerra de Independencia, teniendo su época de oro de 1859 a 1874 cuando su administración recayó en las Hermanas de la Caridad, ya que ellas consolidaron el proyecto llamado “Hospicio” iniciado por el obispo Cabañas y continuaron con las labores asistenciales. Las Hermanas de la Caridad son expulsadas del país en 1874, con la aplicación de la Ley de desamortización de los bienes de la iglesia, la administración del Hospicio pasó a manos del gobierno.

1900

Reanuda sus labores humanitarias, pero no definitivamente, pues fue tomada en varias ocasiones, a pesar de los conflictos políticos, se tiene registro de los años 1834, 1846, 1852 y 1858. Ya se le llama Hospicio Cabañas en honor a su fundador.

1912

En 1912 la escuela de niños y niñas del Hospicio comenzó a ser administrada por la Dirección de Educación del Estado de Jalisco. Conforme se fue reorganizando la política nacional después de la Revolución, se intentó mejorar la infraestructura y la oferta educativa.

1937

En 1937, por invitación del Gobierno del Estado de Jalisco, el artista José Clemente Orozco comenzó a pintar el interior de la Capilla Mayor. Los 57 vibrantes frescos fueron realizados por el artista entre 1937 y 1939, y tienen como figura central en la cúpula abovedada a "El hombre de fuego", hoy considerada por los críticos la obra maestra del muralista jalisciense.

1980

Por decreto gubernamental, en 1980 el Hospicio Cabañas cambió de vocación, fue intervenido para convertirlo en un espacio dedicado a la difusión de las artes y abrió sus puertas oficialmente en 1983. Desde 1980, el Museo Cabañas presenta exposiciones, tanto de artistas locales como nacionales y extranjeros. En su oferta educativa se generan charlas, conferencias, talleres y mesas de diálogo dirigidos a todo público.

1997

Por su belleza arquitectónica e importancia histórica y cultural, el edificio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.

2023

Actualmente el Museo Cabañas continúa mostrando los murales de Orozco en Capilla Mayor, además de programar exposiciones de arte moderno y contemporáneo. Se realizan actividades de mediación en torno a las exposiciones, para todo público y edades. Cuenta con una sala dedicada al cine de arte con programación activa. Se cuenta con un Programa de Inclusión que se basa en un proyecto para que todos accedan a los contenidos del museo: contamos con piso podotáctil para que las personas ciegas puedan desplazarse de manera autónoma desde el ingreso hasta la Capilla Mayor; se ofrecen audioguías con audiodescripciones que se acompañan de láminas táctiles para percibir la composición de las figuras que integran los murares, y también maquetas táctiles del edificio. Para personas con discapacidad auditiva se ofrecen videos informativos en Lengua de Señas Mexicana. También se realizan recorridos guiados por la Capilla Mayor con el acompañamiento de un intérprete de Lengua de Señas Mexicana todos los últimos domingos de cada mes a las 12 en punto.


Orozco
El Hombre de fuego
/
Colección Permanente

¿Quién fue José Clemente Orozco?

En los muros, bóvedas y el tambor de la cúpula de la Capilla Mayor del Museo Cabañas encontramos la obra muralista más representativa de Orozco, el artista plasma en los 57 frescos la conquista, religión, la industria humanidad bienhechora  y perversa, la opresión, mecánica, creación, las raíces indígenas y la historia de nuestro México.

José Clemente Orozco nació en Ciudad Guzmán, Jalisco, el 23 de noviembre de 1883, y en 1890 llegó a la Ciudad de México con su familia, y junto a la casa donde vivía estaba una imprenta que trabajaba con los grabados de José Guadalupe Posada, y ahí tuvo el primer contacto con el arte.

Durante la Revolución, Orozco se unió al ejército carrancista. Así, durante la estancia del grupo en la ciudad de Orizaba formó parte de la redacción del periódico La Vanguardia, a cargo del mismo ejército. El puesto de Orozco fue de ilustrador y caricaturista, bajo el liderazgo de Gerardo Murillo, Dr. Atl. En su vida, también participó en las publicaciones El Imparcial y El Hijo del Ahuizote. 

En 1916, luego de la toma de la capital por Venustiano Carranza, Orozco fue testigo de los excesos de la conquista militar y entonces se separa del movimiento. Como parte de su protesta, montó una exposición de caricaturas en contra de Carranza, la cual no fue bien recibida, y salió del país hacia California, Estados Unidos, donde trabajó como artista independiente, pintor de letreros y retocador de fotografías.

Cuando inició el movimiento muralista en 1922, Orozco regresó y se unió a David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Rufino Tamayo y otros nombres destacados para dar forma al muralismo mexicano, e intervino en el proyecto de la Escuela Nacional Preparatoria, el cubo de la escalera de la Casa de los Azulejos y un muro de la Escuela Industrial de Orizaba. El muralismo fue un movimiento que perseguía retornar el arte a la dimensión de lo público y servir al nacionalismo y la causa popular. 

Orozco viajó nuevamente a Estados Unidos y en 1930 recibió una comisión con la que se generó su obra Prometeo, en la cafetería del Pomona College en Claremont, California, convirtiéndose en el primer mural pintado por un mexicano en Estados Unidos.  En 1932, también impartió clases de pintura en esta misma universidad.

Entre las obras más importantes de Orozco se encuentra su mural Katharsis en el Palacio de Bellas Artes; los frescos del Anfiteatro de la Universidad de Guadalajara; la escalera del Palacio de Gobierno de Guadalajara y el conjunto de 57 murales que se encuentran en  Museo Cabañas, espacio considerado como “la Capilla Sixtina de las Américas”. Además el Museo Cabañas tiene bajo su custodia -fruto de un convenio de comodato con el INBAL- 340 obras de Orozco desde el momento de fundación en 1983. De este conjunto de piezas, 221 son precisamente bocetos de murales. 

En 1940, México hace una colaboración con el Museo de Arte Moderno (MoMA) en Nueva York para la exposición Veinte siglos de Arte mexicano, en la que invitan a José Clemente Orozco para la creación de una obra mural en vivo. De esta presentación devino Dive Bomber and Tank, un mural de seis tableros intercambiables, donde se hace énfasis en la industria bélica de la Segunda Guerra Mundial.

En los últimos años de su vida realizó una gran cantidad de obras de caballete, varias de las cuales se pueden encontrar en la colección general del Museo Nacional de Arte. Destacan las piezas Cabeza flechada (1947); Guerreros españoles e indios (1947) y El desmembrado (1947), todas relacionadas con la Conquista de México y de la serie Los teules o Los teules 2, en la que Orozco se inspiró en la obra Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España, del cronista Bernal Díaz del Castillo, para crear escenas de batallas, hazañas guerreras y ritos prehispánicos. Junto con Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, Orozco se convirtió en una referencia fundamental del muralismo mexicano y del arte latinoamericano.

José Clemente Orozco falleció en Ciudad de México el 7 de septiembre de 1949, a consecuencia de un paro cardíaco.

El Museo Cabañas conserva una importante colección de dibujo, gráfica y piroxilinas del muralista jalisciense. Única en su tipo por abarcar de principio a fin su trayectoria mural y gráfica, la colección se integra por 340 piezas; además de los murales de la Capilla Mayor.