30 DE AGOSTO HASTA NOVIEMBRE DE 2025
Artista: Temoc Camacho
Curadora: Lorena Peña Brito y Mónica Ramírez
📌 Circuito Sur. Gabinete de Pintura
Temoc Camacho (Guadalajara, 1987) proviene de las artes escénicas; huye y vuelve (al mismo tiempo) de las artes visuales, a la pintura. Pared de carne donde antes lo ocular deviene de una conversación abierta por el artista en relación al dramaturgo, poeta, actor y teórico Antonin Artaud, que no es reciente, sino que ha ido creciendo, ensayándose paulatinamente durante los últimos años. Si el título de esta exposición confunde, o se siente incorrecto, encuentra allí la razón. Para Artaud había que romper los ligamentos encarnados que la cultura ha implantado sobre las sociedades contemporáneas; como la herramienta más poderosa de la cultura es el lenguaje, él insistía en romperlo, o mejor dicho corromperlo: dejarlo a medias, resquebrajado, sobajado en su interposición con la imagen y con el rugido.
La serie de obras que conforman esta exposición sugieren una ruptura con la lógica y la corrección del lenguaje, de la imagen, de lo moral, y de lo domesticado, por no decir “lo civilizado”. Porque en el tono de la “crueldad” invocada por Artaud -una suerte de potencia de lo bestialmente humano- interpela nuestras pulsiones, repulsiones, dolores y desgracias. Nos convoca desprotegidos por la contención y la convención social. Aquí los cuerpos, siempre masculinos, se forman bajo algo parecido a un ritual irracional, que permite que la imagen se surja no del pensamiento activo sino del trazo impulsivo, de la ocurrencia no filtrada o mesurada, en contacto directo con la entraña del autor. Se van formando sobre el lienzo o el papel, a veces a medias, o en repetidas ocasiones el mismo personaje, desde una energía que atraviesa más allá a los ojos, las cuencas carnosas, el cuerpo costal de masa muscular, nervios, ramificaciones venosas, vejiga y órganos punzantes. Desde el suyo, nos recuerda que el cuerpo es potencialmente un vehículo de dolor y gozo. Es imposible esconderlo más. Sin historia ni final, sin un “querer decir”, esta pintura es vehemente y busca un no-decir, colocarnos en la disyuntiva entre lo que vemos, lo que queremos ver y lo que no queremos nombrar. Encuentra su sentido en el gesto.
La obra de Temoc puede resultar en imágenes infantiles y violentas, o escenas inquietantes y naturales (como la muerte y lo fisiológico), pero su tratamiento hace que nos revuelquen y nos descoloquen, para deleite de lo intestinal, o dolor de lo ocular. Si usted se siente un poco incómodo, sea permisivo, durará poco.
Fecha
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Ago 27 2025 - Ago 27 2025